El otro día, en el programa que Fox Sports y Radio del Plata trasmiten conjuntamente, el "Pollo" Vignolo, Gustavo López y los demás periodistas de la mesa reflexionaban sobre cómo se está jugando este torneo y concluían que estamos teniendo un muy mal campeonato, caracterizado por el miedo de los equipos a no perder. Y qué esperaban, si el modelo de éxito proviene de aquellos equipos que apuntan a destruir el juego del rival, a cerrar su arco, a trabar con la cabeza. Entonces, surge la pregunta ¿a quienes elogiamos?
¿Al Banfield de Falcioni?, que si bien este es el equipo más digno que presenta en años, sigue apostando a correr, marcar, a tejer una red para que el rival no pueda moverse y encontrar una pelota parada (cualquiera sirve, desde cualquier posición, incluso los laterales). Y dentro de este equipo, ¿a Emilio Zelaya?, que los corre a todos y pese a ser nueve juega de doble cinco.
¿A Lanús, que ganó en la Bombonera porque fue muy inteligente? Un equipo que traicionó su historia reciente, donde salía a jugarle a cualquiera de igual a igual, y se paró de contragolpe desde el arranque (algo que reconoció el mismo Peletieri).
¿Al Falcon de Ramón? Quien, ignorando que dirige a un grande, salió a defenderse contra Racing, Boca, Colón y Estudiantes (recién le llegaron escasas críticas tras las derrotas).
¿A este nuevo Estudiantes? Que te hace un gol y, mediante la presión insoportable, cierra los partidos (no la presión que hace Vélez cuando está bien, que es presionar para recuperar y atacar, sino hacerlo para que el rivla no pueda construir nada, y, una vez con la pelota, hacerla rotar con el único objetivo que pase el tiempo): Un rival muy inferior como San Lorenzo, terminó metiéndolo en su arco durante un largo período.
Recordemos la frase de Cappa: "Empecemos a preocuparnos cuando nos digan que somos "serios", "sólidos", "eficaces", etc. porque entonces seremos como los demás, de quienes no esperan otra cosa”.
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