Si bien consiguió tres puntos clave (debía ganar este aprtido accesible como local, sobre todo pensando en los próximos partidos: visita a Boca, recibe a San Lorenzo y viaja a bahía Blanca), Racing mostró muy poco y se pareció demasiado a los equipos de torneos anteriores. All Boys, pese a la derrota, dejó una muy buena imagen.
Poco de nuevo tuvo el equipo de Miguel Ángel Russo. Por un lado en nombres, a la conocida lesión de Pillud (fractura del quinto metatarsiano del pie derecho, entre dos y tres meses parados), por quien ingresó el paraguayo Marcos Cáceres, se sumó una ausencia imprevista, la de Giovanni Moreno (no llegó su transfer), el enganche a quien todos esperaban ver, quien fue reemplazado por Gabriel Hauche, que pasó a la delantera, Pablo Luguercio se retrasó y ocupó el lugar del colombiano.
El arco lo ocupó una cara nueva, Roberto Fernández, pero era un puesto que ocupaba De Olivera, de gran rendimiento en Racing. Por lo tanto, de los refuerzos que hicieron que le quipo de Avellaneda sea candidato, toda la responsabilidad cayó sobre el único que podía marcar una diferencia con el torneo anterior: Patricio Toranzo, pero en el primer tiempo estuvo muy impreciso y participó poco.
Pero también dejó la sensación de ser el mismo Racing de siempre en lo que refiere al juego: le costó mucho generar situaciones. Ni Claudio Yacob, ni Toranzo tomaban la pelota y se encargaban de distribuirla, Luguercio se tiraba atrás y pasaba al primer jugador, pero enseguida chocaba con el segundo o tercero. Solo entrega. Todo lo que intentaba Racing quedaba en nada.
Del otro lado, el equipo de José Romero, fue tomando confianza y con un fútbol básico (en el buen sentido de la palabra, pase corto, tocar e ir a buscar) fue creciendo en el partido. Un Grazzini, seguramente buscando una revancha personal, se hizo cargo del equipo, estuvo encerador, picante y terminó jugando un enorme primer tiempo. El Albo estuvo más cerca de convertir que el local.
En el segundo tiempo, Racing empezó un poco mejor pero no se diferenció mucho del de la primera mitad. Así trascurrió la tercera parte del complemento. A los 17 minutos, tras un tiro libre desde lejos de Claudio Bieler, Lucas Aveldaño encontró un rebote y, habilitado por un jugador de All Boys que quedó enganchado, marcó el gol del triunfo. Otra vez un gol de pelota parada. Otra vez un central le da la victoria.
Con el gol, el equipo tomó confianza, Toranzo empezó a hacerse cargo de los ataques de Racing y a tener seguridad en los pases, Lucas Litch comenzó a lastimar con sus subidas por izquierda, Bieler realizó un muy buen trabajo aguantando la pelota de espalda al arco y Yacob terminó comiéndose la mitad de la cancha. El equipo creció bastante.
Sobre el final, como tantas otras veces, el equipo se fue metiendo atrás y terminó sufriendo. Frente a un rival regalado (el técnico hizo cambios ofensivos para buscar el empate), tuvo un par de chances claras de contragolpe, pero no las aprovechó.
Racing ganó tres puntos clave, pero le costó muchísimo. Para no ser el del torneo pasado, debe aparecer mucho más Toranzo (y se le deben mostrar sus compañeros). Gabriel Hauche o Pablo Luguercio, quién sea titular, deberá pesar mucho más. Habrá que esperar a ver cuánto cambia este equipo con Giovanni Moreno en cacha. Del otro lado, All Boys jugó un partido en primera después de 30 años, dejó una muy buena imagen. Si tiene coherencia e insiste con su planteo ofensivo, tiene chances de lograr buenos resultados.
Medios Partidarios:
- SOMOS UN ANTIFUTBOL (Por EL DIARIO DE RACING)
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