Luego de un aburridísimo Quilmes-Colón, Huracán venció dos a uno a Argentinos en un muy agradable partido, con algo que escaseó en el anterior: buen juego y emociones. Los dos goles del triunfo, en offside.
En el primer tiempo hubo muy buen futbol, con jugadas individuales y pequeñas asociaciones. Si bien ningún jugador se destacó durante toda la primera mitad, el partido mantuvo su ritmo, pues cuando se caía un jugador crecía otro.
Por el lado del equipo de Héctor Rivoira, habría que resaltar el trabajo de Luciano Nieto, que empezó el partido encarando, César Montiglio, que constantemente subía por la derecha y terminaba pisando el área y Agustín Peña, que se animó un par de veces a pasar al ataque. En el de Pedro Troglio, Darío Ocampo, que se tiraba a los costados, el juvenil Andrés Romero y Gustavo Oberman; Mercier, quién pudo aprovechar un partido tan abierto, apareció muy poco con la pelota.
El encuentro era atractivo, pese a que el buen juego se quedaba en al puerta del área. Es por esto que los delanteros no pudieron hacer mucho, salvo cuando bajaban a pivotear. Muy poco de Gonzalo Vargas y Rolando Zárate.
Hasta que a los 39 minutos el uruguayo, con la velocidad que lo caracterizaba en Gimnasia y tras un pase brillante de Ocampo, atravesó al defensa y, con un poquito de fortuna, convirtió el primer gol.
En el segundo tiempo no hubo buen juego, pero por lo menos aparecieron las emociones.
Pensando que así podría proteger el resultado, el último campeón se fue tirando atrás. Así pasaron 20 minutos en los que Huracán fue creciendo muy de a poco. En dos minutos cambió el partido.
A los 22, Matute Morales pisó el área, enganchó hacia adentro y tuvo esa pausa que pocos tienen para ver y habilitar al Roly que tiró desde la medialuna, el rebote lo aprovechó el lateral Mariano Martínez para empatar el encuentro. Estaba adelantado.
A los 24, Brítez Ojeda, con un largo y exquisito pase, habilitó a Montiglio, que como todo el partido subió por derecha y definió cruzado, marcando el gol del triunfo. Estaba adelantado
Si bien puede sonar injusto cuando los dos goles fueron en offside, fue justo por la actitud de Argentinos.
Con el resultado a favor, fue Huracán quien se tiró atrás. El equipo de Troglio fue a buscarlo, Mercier empezó a agarrar la pelota y hacer jugar al Bicho, el juvenil Leandro Barrera ingresó y se perdió el empate en dos clarísimas, pero el gol nunca llegó.
Del arbitraje, además de los goles, se puede reclamar la no expulsión del defensor Sergio Escudero, quién, enseguida de ser amonestado, le pego un manotazo a Gastón Machín (se cobró una falta previa del ex independiente); luego, un fuerte pisotón y otras tres faltas más.
Más Información:
Los medios tradicionales, ignorando el muy buen primer tiempo del equipo y los dos goles en offside, publicaron notas criticando el juego de Argentinos y comparándolo con el equipo del torneo pasado (el campeón):
Lo extraño fue que se perdió la esencia con la que se consagró: poco toque y demasiado pelotazo, escasa circulación y mucha imprecisión. Cuando apeló a la memoria, fue cuando más se lució. Después dejó que Huracán creciera y a partir de ahí comenzó la barranca abajo
Sin varios pilares del título en el Clausura, Argentinos cayó 2-1 frente a Huracán, que revirtió el marcador en dos minutos
Cobertura de medios partidarios:
La tranquilidad de ser El Campeón (Por AAAJ)
- Arrancaron con todo(Por Grande Huracán)
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